Ser y Estar, El Poder de la Atracción

Ya sea mediante el face to face tradicional o mediante cualquier interacción digital, a parte de la pretensión de vender/comprar existe un sentimiento inherente, que hace que la balanza se decante hacia el éxito o el fracaso de dicha transacción; dicho sentimiento tiene una etiqueta emocional, personal, intima mas cercana a el verdadero concepto de satisfacción y posible lealtad.

Ser meros despachadores de productos/servicios es necesario, especialmente para cubrir las necesidades básicas, pero aun así, el hecho de que cualquier transacción este mapeada por y para personas que son, somos los catalizadores de la interacción provoca quela relación cliente-empresa juegue a otro nivel mas allá de cumplir con las expectativas de calidad del producto/servicio adquirido o demandado.

Si pensamos que un cliente es una persona/entidad/institución con la que queremos tener continuidad en el tiempo (repetición de compra) cubrir su necesidad puntual es critico, pero no lo único a desempeñar.

Atracción significa muchas cosas pero sobre todo generar confianza, proximidad y porque no decirlo, incluso cierto grado de dependencia sostenible.

 “Sigo con esta empresa por que me da garantías, porque me atiende correctamente, porque me conoce, porque responde cuando los necesito”

Este mantra debería formar parte de cualquier texto académico del mundo empresarial. Ser y Estar están irremediablemente obligados a ir de la mano. Ese lazo que se genera entre el cliente y la empresa cuando las cosas fluyen, cuando las cosas se dan, tanto en las buenas como en las malas.

Alcanzar ese “Ser y Estar” es el principio básico para alcanzar fidelidad, lealtad y ya sabemos que sin esos estados la continuidad es difícil de darse. Buscar la excelencia en las relaciones es critico. Estamos ya muy metidos en el siglo XXI y todavía nos cuestionamos principios básicos de relacionabilidad. Seguimos con una mentalidad de transaccionalidad, “despachadores” en vez de guias, consejeros donde el producto/servicio debería de ser solo el aderezo que abre la puerta a una relación mas emocional, sin embargo seguimos cayendo en los mismos errores del siglo pasado.

“Quiero tranquilidad, pónmelo fácil, no me compliques la vida”

Este seria otro mantra vigente hoy en día, sin embargo, como empresa, ¿lo cumplimos?

Cada cual que haga su juicio de valor. El hombre es el único animal que tropieza 2 veces con la misma piedra (2 o mas). En nosotros esta en poner en practica los principios de la atracción de manera correcta o dejarlos aparcados en un cajon que cojan polvo y que solo estén presentes en nuestra cabeza, pero no en nuestros planes de acción.

En nosotros esta seguir y aplicar cantos de sirena o poner una melodía adecuada a cada cliente, a cada interacción. Si se supone que conocemos el cliente, el mercado, disponemos de las herramientas, entonces porque seguir limitados en una visión resultadista que nos da genera una espiral de agobios por resultados y no por relaciones.